Y sí, salió el sol. Fuimos a Kogo para ir desde ahí a las islas Elobey grande y chico. Venían Pedro (el cónsul de Bata), Carmen (la cónsul de Malabo), Almudena, Sisé, Cati y Sambele y su ayudante.
Primero fuimos a la grande. El permiso que habíamos solicitado y que entregamos religiosamente a las autoridades militares del lugar nos permitía hacer fotografías con motivo turístico salvo lugares estratégicos y de interés.
Allí había unas formaciones en el suelo mu raras… y el paisaje era sencillamente increíble…
En la Elobey chico, que no vive nadie, queda una misión del año la tos, claretiana creo. Fuimos a verla después de bañarnos.
Al volver a Kogo, tormentón, tortillas de patata, visitas a algunas conocidas y dormir en la casita de la Fundación Manuel Iradier, en un colchón que te dejaba la espalda convexa. El resto de los días tour por el interior del país viendo cómo mengua el bosque en aras del progreso y subiendo a gente que tenía que hacer su trayecto a pie. Muy interesante todo todito, que bien que a ñamyriam le mola conducir.
yo sé que lo de los permisos militares y eso lo pones para mitigar la envidia enorme que tenemos los que nos quedamos en el Teruel de Latinoamérica... ¡¡Ay amá, cómo echo de menos las excursiones con el equipete!!
ResponderEliminarSanSu
(esto de la entrada "Anónima" con firma me recuerda a las cartitas de amor echas en una hoja arrancada de cuaderno de dos rayas que mandaban en el cole los niños a las niñas...
ResponderEliminar*"Hola soy Antonio: me gustas mucho. FIRMADO: anónimo"... Así decía una que me mandaron a mí :)
BESOS A LAS DE BATA (y uno pa Barakaldo)
SanSu
Muy interesante. Buscaré novedades periódicamente.
ResponderEliminarMikel de Oña